jueves, 23 de mayo de 2013

Crónica de una Despedida

Era el último día para finalizar mi periplo por oncología. 

Y aunque pasen tres milenios, nunca podría olvidarlo.

Comencé a subir las escaleras hasta la 4ª planta ( que es donde se encuentra emplazado el servicio), esa mañana no quería coger el ascensor.
Subía los escalones, mientras los contaba en un vano intento de ocupar mi mente, a sabiendas de que llegaría tarde.

Uno, dos,tres... 

Diría que tenía miedo, pero mi sensación de auténtico terror, que me subía por el pecho y me apretaba el cuello hasta dejarme sin aliento es casi indescriptible.

El sudor frío perlaba mi frente.

catorce, quince, dieciséis...

Estaba totalmente acongojado. No quería pensar en lo inevitable, pero todo podía ocurrir, y no estaba preparado para aquello, si finalmente pasaba.

treinta y siete, treinta y ocho, treinta y nueve...

Y cuarenta. Vi la entrada del pasillo, ese endemoniado y negro pasillo que me hacía un nudo en el estomago al caminar sobre él.

Totalmente abotargado, me dirigí sin saludar siquiera (y soy bastante educado), en lo que me pareció flotar hacia la habitación.

Allí estaba, con una perfusión continua de mórfico. O eso ponía en el bote.

Y, aunque anteriormente dije que no estaba preparado para verla morir, saqué todo el valor que tenía.
Lo que no estaba era preparado para lo que vendría después.

Estrella estaba dormida. Pasé lo que me parecieron 10 días a su lado ( que no fueron más que un par de horas) ya que sabía lo suficiente como para ver que estaba muy mal.

Al final de la tarde, abrió los ojos. Y me volvió a sonreír. Y yo le devolví la sonrisa. 

Y entonces me dijo unas palabras que me han marcado y me marcarán el resto de mi vida, en un tenue susurro, con una voz que, en vez de ser la de un moribundo, parecía la de un mismísimo ángel:

" ¿Sabes porqué sonrío tanto, Manuel?
 -tragué saliva-
Porque por fin todo va a terminar." 

"Gracias"

Cerró los ojos y no los abrió más.

Gracias a ti, mi "Estrella", gracias de corazón, porque gracias a ti hoy soy mucho más humano.

Espero que esto te honre. Siempre sonrío, sobre todo cuando pienso en tí.

4 comentarios:

  1. Siempre me he preguntado cómo son capaces los médicos (y por extensión, los enfermeros) de lidiar con personas como sus "herramientas" de trabajo, de reducirlos a una estructura de órganos y procesos para operar sobre ellos. Desconozco cuál es el equilibrio entre deshumanización y empatía que hay que alcanzar para poder trabajar con todo el sufrimiento que se esconde tras el olor a desinfectante de los hospitales. Por eso, y porque hoy en día siempre se agradece leer cosas decentemente redactadas y sin faltas de ortografía, me ha gustado tu blog, felicidades y espero que sigas.

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    1. Gracias por pasarte por aquí y dejar un comentario Krysia :) Voy a responderte desde mi pinto de vista; Hoy en día, hay que diferenciar entre medicina y enfermería sobre todo por un aspecto: la preparación emocional. En enfermería nos enseñan a que una persona es un todo y sus circunstancias. 
      No separamos por partes a no ser que sea necesario. 
      Y, lo que suele pasar, al menos a mí, cuando pasas tanto tiempo de tu vida al lado de personas que sufren es a sentirlas más, no a inhumanizarte.
      Lo que pasa es que aprendes a controlar tus emociones, a saber cuando puedes sentir qué, cuando puedes mostrar tal o cuando tienes que morderte la lengua. Aunque a veces te desborde.

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  2. Me agrada poder recomendar un buen blog en el mío. Y además, me alegra que el leer tu blog me recuerde cosas que hace tiempo quiero escribir, y que aún no he hecho.
    Un abrazo, Alakazam, porque los enfermeros tenemos suerte (bon chance en francés) de poder decir muchas cosas, entre ellas que somos un grupo, una piña, y eso tú y yo hace tiempo que lo demostramos.
    Carlos

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    1. Gracias Carlitos, me alegro de que te haya gustado, y que sepas que es muy importante para mi el que grandes amigos, como tú, y un gran profesional, como tú también, me apoyéis en este proyecto en el que me embarco. Gracias de corazón.

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