domingo, 2 de junio de 2013

Diario de un enfermero, 2ª parte, 2º capítulo

Otra de las experiencias que viví en ese habítáculo denominado "patología del embarazo" ocurrió de forma semi-simultánea al periodo de Dana.

Era una mañana tranquila en el servicio, y yo, ya adaptado a la dinámica de trabajo del mismo, estaba con los quehaceres de la mañana.

Tras el desayuno, me dijeron que había ingresado una nueva paciente, a la cual me dirigí para realizar la valoración enfermera. que se centra en la persona de manera holística, acaparando los factores de los hábitos (tanto saludables como no saludables), alergias, autoconcepto e incluso creencias, para saber como actuar ante una persona y cumplir sus preferencias, y para establecer un plan de cuidados acorde a sus necesidades integrales.

Le hice las preguntas pertinentes para saber todo de ella:

No alergias medicamentosas

No alcohol, tabaco o drogas

No úlceras, ni desequilibrio alimenticio

No problemas de estreñimiento ni urinarios

No problemas para dormir

No problemas de autoconcepto, ni de ansiedad

Embarazada de 4 meses

No valores ni creencias especiales (cristiana no practicante)

Entonces le pregunté que, si todo estaba bien, cual era el problema.

Me dijo que era una inseminación artificial, y que la diagnosticaron de amenaza de parto prematuro.

Ese día poco más pude tratar con ella, pero debido a su carácter grácil y agradable, pasé mucho tiempo con ella, e hice cierta amistad, ya que era de las pocas pacientes que miraban el futuro con optimismo en vez de forma negativa.

Y más teniendo a Dana en una de las habitaciones siguientes, lo cual era un alivio y una vía de escape para seguir adelante.

Pero, desgraciadamente, el optimismo, aunque es una buena forma de llevar la vida, no lo soluciona todo.

Y este es uno de esos casos.




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